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Bioconstrucción: la casa donde todos queremos vivir

6 de Mayo de 2025

Bioconstrucción, ¿a qué os suena? Es un paso más dentro de la arquitectura sostenible y su objetivo es consolidar la edificación de viviendas ecológicas mediante materiales naturales como la madera y tecnologías sostenibles. Una tendencia en auge en la que ya creen muchos profesionales, sectores y negocios activos en el compromiso medioambiental y la construcción responsable, Comercial Pazos entre ellos. Os contamos qué la hace diferente de la convencional y por qué puede ser una opción de vida llena de ventajas, más saludable, conectada a la naturaleza y defensora del reciclaje.

Imagen: Danielle Jblock / Pexels

Viva, armónica y en equilibrio con la naturaleza

Está claro que la mayoría buscamos vivir en viviendas lo más saludables y respetuosas con el planeta. Por eso la bioconstrucción lleva años despertando interés y dentro de la arquitectura se ha convertido en una disciplina con peso. Si algo la distancia por completo de la convencional es su forma de concebir la vivienda; como un ecosistema vivo, armónico y en equilibrio con su entorno y sus habitantes. ¿Cuándo surge como tal? Todo apunta a que fue en 1976 y en Alemania, según la arquitecta experta en construcción Petra Jebens.

Imagen: Pexels

En ese año nació el Instituto Alemán de Bioconstrucción con una finalidad muy concreta; dar respuesta a los problemas que padecían las viviendas de la época por contaminación química debido a los materiales sintéticos con los que habían sido construidas. Pero a la vez se daba forma a los pilares de esta nueva manera de concebir la construcción tal y como se la entiende hoy. En concreto, pensar en edificios hechos con materiales de bajo impacto ambiental, reciclados, reciclables o extraíbles a través de procesos de trabajo de bajo costo y sencillos.

Aunque es indudable que la bioconstrucción conlleva una vuelta a los materiales naturales de siempre, como el barro cocido y la madera, esos con los que el ser humano siempre ha sabido relacionarse y usar para cobijarse y protegerse de posibles peligros, no lo hace de espaldas a la tecnología. Al revés, propone plantear un futuro más verde pero de la mano de la eficiencia energética que pueden proporcionar estas edificaciones.

Los principios que abandera. ¡Atentos!

Para la bioconstrucción es esencial plantear diseños de viviendas adaptables al clima y geografía local, además de apostar por un uso responsable de los recursos y una minimización de residuos. Ahora bien, según el Instituto Español de Baubiologie (IEB, 2009) esta corriente arquitectónica es un concepto bastante más complejo que una defensa de la sostenibilidad y una serie de materiales constructivos afines.

Imagen: INT2 architecture   

Más allá de casas de adobe o barro con estructuras de madera su objetivo es ambicioso; persigue minimizar el impacto del sector de la construcción en el medio ambiente ofreciendo alternativas y enfoques basados en fundamentos ecológicos que pretenden crear entornos sanos y sostenibles, conectados con la naturaleza. Además de una elección cuidadosa de los materiales naturales cuentan muchos otros aspectos, como el diseño eficiente de sus espacios, o la salubridad de sus interiores mediante adecuados sistemas de ventilación:

  • Materiales naturales y reciclables. Se priorizan recursos como las maderas cortadas certificadas, el adobe, la piedra y el barro. En cambio, el uso excesivo de plásticos y productos sintéticos se evitan en la medida de lo posible.
  • Eficiencia energética. Son esenciales soluciones de aislamiento térmico natural y captación pasiva de energía solar para minimizar el consumo de calefacción y refrigeración.
  • Integración en el entorno. El equilibrio con el entorno circundante también es fundamental, de ahí que los diseños constructivos busquen adaptarse a la geografía del lugar y a su clima.
  • Gestión de residuos y de agua. A través de tecnologías que hacen posible reducir el consumo de agua y de energía, entre ellas, sistemas de recogida de agua de lluvia.
  • Salud y bienestar. La bioconstrucción no se entiende sin materiales y acabados no tóxicos, esenciales para propiciar una calidad del aire interior beneficiosa para sus habitantes.

Desde madera, a piedra y barro. Todos reciclables

Es difícil entender esta tendencia arquitectónica sin sus grandes aliados, los materiales de construcción que la sustentan y dan sentido. Como principio son lo más naturales posibles, es decir, han sido muy poco adulterados, sin apenas manufacturación y proceden de lugares geográfico próximos. En cuanto a sus procesos de extracción, manipulación, transporte y colocación, han de ser respetuosos con el paisaje y poseer un Análisis de Ciclo de Vida (ACV) conocido.

Imagen: todobarro.com

Estructuras de madera, muros de adobe o paja, techos vegetales, revocos y baldosas artesanales de barro, etc. Un rico repertorio de soluciones que llevan toda una vida junto al hombre, además de ser reciclables, garantizar un bajo impacto ambiental y baja reactividad. En cambio, cuando hablamos de materiales no aptos para el reciclaje o la reutilización, contaminan o su vida útil es corta, deberían ser excluidos de cualquier proyecto concebido bajo los principios de la bioconstrucción.

Imagen: Leroy Merlin

¿Deseando sabes cuáles son sus favoritos?:

  • Piedra natural. Muy empleada para suelos y construcción de tabiques, destaca por su elevada resistencia y su sencillo mantenimiento.
  • Madera certificada. Un material versátil procedente de bosques gestionados de forma responsable que permite a los profesionales de la arquitectura levantar todo tipo de estructuras de mayor o menor complejidad. Cálida y duradera, también es la elegida para revestimiento de interiores y exteriores y el diseño de muebles y accesorios decorativos bajo conceptos artesanales donde tienen cabida el uso de herramientas manuales para carpintería  de calidad.
  • Adobe y tapial o tierra arcillosa. Se recuperan estos materiales tradicionales, aprovechando su gran capacidad de aislamiento térmico.
  • Corcho y lana de oveja. Suelen ser utilizados como eficaces aislantes acústicos y térmicos de las viviendas.
  • Cal y barro cocido. Se apuesta por ellos frente a soluciones más modernas para distintos usos, como levantar paredes y muros más transpirables. O bien para crear suelos de ladrillo de barro cocido elaborados de forma artesanal, garantizando con ello reducir su huella ambiental. Sin olvidarnos de que es un material con más de 11.000 años de historia.

Otra manera de vivir en nuestros espacios domésticos

Hablar de bioconstrucción es hablar de mejorar la salubridad y el confort en sus espacios interiores, da igual que sean viviendas o lugares de trabajo. Quizá oficinas, estudios de diseño o talleres de carpintería donde se realizan oficios o disfrutan aficiones con la madera, por ejemplo, tallar objetos sencillos y nobles con herramientas para talla, tornear piezas o estructuras cálidas que dejan pasar la luz natural y han sido hechas manualmente con la ayuda de utensilios para torneado en madera… O practicar hobbys como el modelismo dando vida a maquetas preciosas que no son posibles de materializar sin el uso de herramientas especiales para tales proyectos.

Imagen: inaauer-matt architekten 

Aparte de las premisas ecológicas que propone esta tendencia arquitectónica (por cierto, donde también tienen cabida sistemas de construcción alternativos y procesos de trabajo colaborativos) para ella es crucial encontrar un equilibrio en la calidad del aire de sus espacios interiores. Las estancias "respiran" y se ventilan mejor gracias a la presencia de superficies higroscópicas, además de mejorar a nivel acústico, térmico y lumínico, alcanzando altos niveles de confort. En definitiva, se cuida al máximo la construcción de estos hogares, favoreciendo la idea de que las casas que habitamos pueden llegar a ser algo así como nuestra tercera piel, si nos atenemos a la Teoría de las Cinco Pieles (la epidermis y la ropa son las dos primeras).

El objetivo no puede ser más alentador; construir viviendas bajo una gran conciencia ecológica, integrándolas con la naturaleza y favoreciendo el empleo de materiales amables con ella y beneficiosos para nuestra salud y calidad de vida. El futuro de la arquitectura va de la mano de corrientes como la bioconstrucción, ligado al crecimiento de las tecnologías sostenibles y a una cultura ecológica de mayor calado en la sociedad del siglo XXI. Pero todos salimos ganando, incluido el planeta, ¿no os parece?