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Daisugi: una técnica que a cualquier amante de la madera le gustaría conocer ¡Sí o sí!

10 de Enero de 2024

Quizá os estéis imaginando que es una técnica de origen japonés a juzgar por su nombre. Habéis acertado y ya el resto os lo contamos en este post. Se trata de un método milenario de silvicultura que permite cultivar árboles en vertical produciendo madera de alta calidad. Sin duda un gran ejemplo de enfoque forestal sostenible al que mirar, si tenemos en cuenta la amenaza de deforestación que sufre nuestro planeta y la urgencia climática. Comercial Pazos es un negocio experto en este material muy sensibilizado con dicha realidad y la necesidad de buscar alternativas. ¡Os contamos todo sobre ella!

Imagen: Bernard Gagnon

Obtener madera sin talar árboles

Básicamente, la técnica ancestral del daisugi se basa en eso; optimiza la producción de una conífera endémica de Japón preservando su vida arbórea para que pueda seguir creciendo. Los primeros testimonios de semejante método se encontraron sobre el siglo XIV en la región agrícola de Kitayama, dentro de la prefectura de Kioto, una zona con serias dificultades para la plantación de masas forestales tradicionales debido a su orografía montañosa.

Seguramente la necesidad de encontrar alternativas para cultivar y obtener madera de cedro, tan necesaria en la construcción de las viviendas, enseres y objetos de entonces, dio origen al nacimiento de esta técnica inspirándose en un método de poda muy familiar para ellos, el de los bonsáis, solo que en grande. Ya la palabra en sí, daisugi, ayuda a entender en qué consiste esta técnica de producción de madera única, pues viene a significar “mesa de cedro”.

Y es que, gracias a su método de poda, los troncos del árbol se convierten en una impresionante plataforma natural sobre la que van creciendo nuevos troncos, como si fueran cedros sobre cedros. Realmente, un daisugi es un bosque entero cuya vida y crecimiento tiene lugar mediante un solo árbol. En cada conífera se pueden llegar a producir entre 12 y 100 brotes, recogidos cada 20 años. Según esta técnica, estos cedros son podados a mano cada dos años, dejando solo las ramas superiores, de las que vuelven a brotar nuevas ramas rectas y hacia arriba.

La madera obtenida es de una extraordinaria calidad, similiar a laamplia oferta de variedades cortadas en infinidad de tamaños que Comercial Pazos recomienda para su empleo en oficios y hobbys artesanales con madera. Esos que tanto te gusta practicar. Volviendo a las características de esta conífera, la generada mediante la técnica del daisugi, su flexibilidad comparada con una tala tradicional es extraordinaria, alrededor de un 40%, y el doble de fuerte que el cedro normal. Además de aportar mayor densidad y producir unos troncos rectos y libres de nudos que son ideales para la construcción de vigas y techos.

¿Por qué no se ha extendido a otros lugares?

La creación de dicha técnica milenaria, por cierto, reconocida como patrimonio cultural inmaterial de Japón, de algún modo se adelantó a su tiempo al prevenir la deforestación sin renunciar a una materia prima de elevada calidad. Madera presente en la arquitectura contemporánea de este país y en el paisaje ornamental de muchas de sus ciudades. Entonces, ¿por qué no se ha podido implantar en otros lugares y sobre otras coníferas?

Al parecer el árbol protagonista de este método, conocido como cedro de Kitayama o Cryptomeria japonica, es la única razón. Se trata de una especie autóctona que no se desarrolla bien en un hábitat natural que no sea el suyo, además de ser una variedad única al haber nacido con una malformación por la cual es estéril. Algunas leyendas cuentan que el primer cedro que sufrió semejante mutación aún está vivo en Kitayama bajo el bello nombre de Shirosugi.

Convertido en una madera esencial para la construcción de templos, salones de té, edificios y arquitectura residencial japonesa de aquella época, a mediados del siglo XVI experimentó un importante declive al ser un material de construcción mucho menos demandado. Sin embargo, estos bosques han continuado existiendo en los jardines ornamentales de Japón debido a su imponente belleza estética. Cuentan que en los alrededores de Kioto es posible descubrir daisugis centenarios abandonados porque pueden llegar a producir durante 200-300 años antes de agotarse.

En el paisaje ornamental y en la arquitectura contemporánea

Es cierto que el daisugi ya no es una técnica empleada para producción masiva de madera debido a su largo periodo de tiempo hasta obtener los primeros resultados, unos 20 años. Sin embargo, continúa siendo un material relevante para la fabricación de mobiliario, pavimentos y objetos de artesanía. También el mundo de la arquitectura y el diseño actuales se muestran atraídos por su madera de extraordinaria calidad y sostenibilidad.

Museo V&A Dundee. Imagen: Hufton + Crow /arquine.com

Algunos arquitectos contemporáneos nipones han demostrado especial interés hacia ella incorporándola en sus obras por su compromiso hacia los materiales naturales y su profunda conexión con la estética nipona. Sin ir más lejos, el prestigioso arquitecto japonés Kengo Kuma la ha incluido en algunos de sus proyectos más representativos: el Estadio Nacional de Japón en Tokio y el Museo V&A Dundee de Escocia. Otra de las grandes figuras de la arquitectura contemporánea que no ha dudado en trabajar con madera obtenida de daisugi es Sou Fujimoto en sus proyectos más reconocidos, como el Pabellón de la Serpentine Gallery de Londres.

Museo V&A Dundee. Imagen: Hufton + Crow /arquine.com

 

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