Efecto sumergido con pintura: ¡fácil y espectacular!
Una propuesta decorativa muy de moda: pintar las patas de un mueble en un color diferente del resto. Es lo que se conoce como "dip painting", la técnica del efecto sumergido. Es sencillísima de realizar... ¡y queda de lujo!
Puedes pintar con el efecto sumergido cualquier mueble, pero donde queda realmente bien es en aquellos que llevan patas. Para realizar este trabajo necesitarás pintura de dos colores. En nuestro caso hemos empleado Esmalte Bruguer Acrilyc y una selladora (Fondo Protector de Bruguer).
Lijar, sellar y pintar
Para obtener el efecto de patas sumergidas en color tienes que lijar toda la silla con papel de lija de grano fino. Después, pásale un trapo para retirar el polvo que pueda quedar. Mejor, si está húmedo, pero asegúrate de que la silla esté totalmente seca antes de seguir.
Una vez lijada, es hora de pintar, antes dale una imprimación a la madera para asegurar una buena adhesión de la pintura. Una capa es suficiente. Una vez que se haya secado, ya puedes empezar con el primer color, el del fondo de la silla. Utiliza un esmalte acrílico, es decir, al agua, con un bonito acabado satinado. Aplica dos capas de pintura y obtendrás un acabado profesional.
Efecto sumergido
Cuando se ha secado la silla, se inicia el efecto sumergido. Para ello, mide a qué altura de las patas quieres que llegue dicho efecto y pon cinta de carrocero por encima del punto que hayas marcado para crear una línea definida. Para que el acabado quede regular necesitarás lijar sobre la parte a pintar y limpiar el polvo de nuevo. Ahora ya puedes pintar el segundo color de las patas. No olvides dejar secar la primera capa antes de aplicar la segunda.
Quita la cinta protectora
Retira la cinta de carrocero y tendrás una silla con un maravilloso efecto sumergido.
Una buena idea: Prueba experimentar con este efecto a distintas alturas y con colores que combinen con tus accesorios. Además, esta técnica puede aplicarse sobre diferentes muebles, ofreciendo un sinfín de posibilidades.